Nanotexturas para resolver un problema histórico
Un líquido lubricante capturado entre las nanotextura y la acción capilar evita la acumulación de residuos dejados por el agua
Gracias a una tecnología de radiofrecuencia, los usuarios de unas nuevas gafas AR podrán localizar objetos y piezas fuera de la vista como si se tratara de rayos X.
En “El hombre con rayos X en los ojos”, una película de ciencia ficción de serie B de los años sesenta del pasado siglo, el protagonista desarrolla unas gotas oculares para ver más allá del espectro visible. En aquella ocasión el experimento no acababa muy bien, pero las nuevas gafas desarrolladas por el MIT estadounidense ofrecen una interesante aplicación de la realidad aumentada que podría ser una digna heredera de esa fantasía cinematográfica. Y con un resultado mucho más práctico. Para ello, las nuevas gafas de realidad aumentada recurren a una mezcla de visión artificial y radiofrecuencias.
Las primeras aplicaciones exitosas de la realidad aumentada se han centrado en usos profesionales de la tecnología. Por ejemplo, su implementación en operaciones quirúrgicas para mostrar datos en tiempo real o en una obra para que los operarios visualicen la ubicación de un muro pendiente de construir. En general, los entornos industriales como las plantas de procesamiento de aguas residuales, donde tener las manos libres y acceder a la información con rapidez son claves, serán algunos de los grandes beneficiados. En el MIT están explorando una nueva funcionalidad para gafas de realidad aumentada que avanza en esa dirección. Se trata de la posibilidad de localizar objetos detrás de muros y piezas dentro de maquinaria. ¿El secreto? La misma tecnología RFID que permite localizar un producto en una tienda o un almacén.
Los investigadores han programado unas gafas AR, bautizadas como X-AR, para que visualicen las etiquetas RFID de los objetos en forma de una esfera virtual. Imaginemos a un empleado de una empresa de paquetería que busca una caja en medio de la marabunta de paquetes. Bastará con que seleccione el paquete que está buscando para que la esfera aparezca en el entorno. Esta funcionalidad también puede utilizarse aun cuando el objeto se encuentre separado por obstáculos o muros con un margen de error de diez centímetros. Del mismo modo, si se añaden etiquetas RFID a piezas de maquinaria, se puede localizar con facilidad las que precisen ser sustituidas o revisadas. En las pruebas se ha alcanzado una eficacia del 96 % a la hora de encontrar el objeto correcto.
Para lograr este nivel de precisión los impulsores del proyecto han integrado una antena RFID en las gafas AR con la suficiente potencia para detectar las etiquetas en el espacio predefinido. La técnica empleada se basa en un radar de apertura sintética, parecido al que emplean los aviones para mapear objetos sobre el terreno. A medida que el usuario se desplaza por una habitación, se combinan las señales de la etiqueta RFID y las funciones de posicionamiento de las gafas para calcular la cercanía del objeto.
Una vez que se cuenta con toda esa información, se muestra de forma holográfica en el visor. Por un lado, el objeto se visualiza con la antedicha esfera semistransparente. En paralelo, se muestra la trayectoria para llegar al objeto por medio de huellas digitales sobre el suelo que se van actualizando en tiempo real, a medida que el usuario se va acercando. Una vez que tiene el objeto en la mano, la interfaz gráfica confirma que se trata del objeto correcto.
Tras esta primera fase de pruebas, los investigadores planean analizar otras tecnologías de radiofrecuencias como WiFi o mmWave –utilizada en antenas 5G– para mejorar las funcionalidades de interacción y visualización. También confían en ampliar el alcance de la antena, de tal forma que se superen los tres metros de distancia que ofrece en la actualidad.
Si sigues nuestra página, sabrás que hemos cubierto diversas aplicaciones de la realidad aumentada, mixta y virtual en los últimos tiempos. Una de las más llamativas es la que permite a un usuario de gafas AR traducir en tiempo real las palabras de un interlocutor y mostrarlas a modo de subtítulos en su visor. Y, tal como adelantamos al comienzo del artículo, la construcción ya está aprovechando el potencial de la realidad aumentada para agilizar los proyectos y mejorar la productividad. No obstante, será necesario que los dispositivos de AR optimicen también su ergonomía y usabilidad para que la tecnología goce de una implantación masiva. Una de las vías podría ser el desarrollo de lentillas inteligentes que muestren hologramas directamente sobre los ojos.
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