Así protegerá el arte virtual el patrimonio cultural afgano

El patrimonio artístico define la memoria del ser humano y su propia naturaleza. Por desgracia, el paso del tiempo o los conflictos bélicos muchas veces hacen estragos en ese legado. La destrucción deliberada o accidental de esas obras es una constante histórica. Sin embargo, en paralelo a una mayor sensibilidad hacia ese patrimonio, las nuevas tecnologías están ofreciendo poderosas herramientas para dejar un testimonio inmune al deterioro: el arte virtual. El MIT está utilizando técnicas de realidad virtual para generar recreaciones exactas de cuatro monumentos afganos que quedarán disponibles para las generaciones venideras.

¿Qué voy a leer en este artículo?

• Visitar joyas artísticas desde casa
• Tecnologías para el arte virtual
• Un arco románico impreso en 3D

Exóticos templos, mezquitas y minaretes visitados desde casa

La iniciativa, bautizada como “Ways of Seeing” (Maneras de ver), inmortalizará cuatro edificios históricos en distintos puntos de Afganistán. Se trata de la Mezquita Verde de Balkh; una cúpula budista al sur de Kabul conocida como el Parwan Stupa; la tumba del siglo XV de la reina Gawhar Saad; y el imponente minarete de Jam, una estructura de más de sesenta metros de altura del siglo XII, situada en una zona remota de Afganistán occidental.

Estos edificios, que se han elegido para representar distintas religiones, tendrán réplicas virtuales como salvaguarda, ya que se encuentran en zonas de alto riesgo. Además, este proyecto de metaverso artístico está planteado como una forma de que los afganos desplazados a cualquier parte del mundo, así como cualquier otra persona, puedan visitar estos ejemplos de arte virtual en cualquier momento. La iniciativa estará disponible durante el verano de 2023 y ha concitado varias tecnologías para conseguirlo.

Tecnologías al servicio del arte virtual

Los investigadores del MIT han trabajado con un equipo de producción digital ubicado en el país de Oriente Medio tras formarlos en escaneado 3D aéreo con drones. En cada una de las localizaciones se han obtenido entre 15 000 y 30 000 imágenes que, posteriormente, se han utilizado como texturas de los modelos 3D desarrollados con nubes de puntos para lograr unos gemelos digitales fidedignos.

Curiosamente, estas tecnologías de arte virtual se han combinado con un enfoque más tradicional de dibujo con tinta que forma parte del movimiento VERNADOC, impulsado por el arquitecto finlandés Markku Mattila, que busca representar monumentos con las medidas exactas, pero recurriendo al dibujo manual. Tal como relata una de las investigadoras, han creado este material complementario siguiendo el lema del MIT “mens et manus” (mano y mente).

El resultado podrá apreciarse plenamente con gafas de realidad virtual que permitirán visitar estos monumentos únicos de forma inmersiva. Por ejemplo, en el caso de la Mezquita Verde, se puede pasear por el interior y contemplar su cúpula, mientras que el minarete de Jam ofrece una visita en globo para apreciar su posición en medio del paisaje colindante.

El objetivo a medio plazo es combinar drones autónomos, imágenes de satélite e históricas, así como redes neuronales, para crear nuevas réplicas de arte virtual de monumentos por todo el mundo. Por el momento, puedes ir formándote una idea aproximada del proyecto en este vídeo:

 

 

Un arco románico preservado gracias a la impresión 3D

La realidad virtual no es la única manera de preservar el patrimonio artístico. Hay otras maneras, mucho más tangibles, de abordar su protección. Es el caso del Arco de San Pedro de Dueñas, un arco románico del siglo XII que puede visitarse en el patio del Museo Arqueológico de Madrid. ¿Cómo ha llegado allí? Pues se trata de una réplica exacta creada con una impresora 3D tras el escaneado del original, que se encuentra a resguardo en el interior del museo. 

La estructura, con unas dimensiones de 2,2 m de alto y 3,3 m de ancho, se ha creado con una mezcla de hormigón por medio de impresión aditiva, capa a capa. Para el proyecto se imprimieron las dos columnas y el arco por separado y, posteriormente, se montaron in situ. Y así, lejos de su emplazamiento original, los visitantes pueden ver y tocar las figuras que presiden sus capiteles, así como admirar sus cualidades arquitectónicas, sin temor al deterioro.

Si quieres conocer todos los detalles de esta iniciativa, que incluye el escaneado, digitalización e impresión de varias decenas de esculturas y piezas artísticas, te recomendamos que eches un vistazo a este artículo.

 

Fuente:

• MIT