Robótica educativa: los robots son cosas de niños
La robótica está llamada a ser el mejor aliado del aprendizaje infantil durante los próximos años. ¿Quieres saber por qué?
El desarrollo de sensores capaces de conocer al milímetro el campo puede ser clave para mejorar la productividad de la actividad agrícola.
Se trata de un sistema acoplado a un dron que toma imágenes de los cultivos desde el aire.
Este sensor ayuda a los productores de leche a controlar el estado de sus vacas sin moverse de casa.
El proyecto intenta reducir los efectos colaterales del mal tiempo sobre los agricultores de la región.
Gracias a estos sensores, los agricultores pueden saber qué cantidad de agua le conviene a sus cultivos y mucho más.
Controlar las condiciones del grano almacenado es la misión de estos sensores inteligentes.
La agricultura tiene un enorme reto por delante: intentar abastecer a la población mundial sin acabar por ello con los recursos que ofrece el planeta. Sin duda, la tecnología y la innovación son unos aliados incomparables porque pueden ayudar a las explotaciones agrícolas a ser más eficientes y a que sus sistemas de producción resulten más sostenibles.
En este sentido, el desarrollo de sensores capaces de conocer al milímetro el campo y de ofrecer datos a los agricultores puede ser de gran ayuda. Te vamos a enseñar 5 tipos de sensores aplicados a la agricultura que tal vez no conocías.
Fuentes: El País, The Economist, The Download, News Microsoft
Hay muchos procesos físicos que ocurren en la naturaleza y que nuestros limitados ojos no pueden ver. Para ayudar a los agricultores a detectar precisamente, el estado de salud de sus terrenos, la empresa Parrot ha lanzado Sequoia, un mini sensor multiespectral capaz de ver en la tierra aquellos matices que nuestros ojos no perciben.
Sequoia es un sistema que se acopa a un dron y que toma imágenes desde el aire. Está formado por dos elementos, una cámara de 16 megapíxeles y un sensor solar con GPS. Ambos son multiespectrales, es decir, captan desde el espectro electromagnético hasta los rayos ultravioletas o infrarrojos, imposibles de ver por las personas. Esta configuración permite recoger datos instantáneas del terreno y comparar la actividad solar con el estado del cultivo. Con todos esos parámetros, los agricultores pueden identificar las zonas más secas, más pobres en nutrientes o las plagas.
Administrar una vaquería de leche es uno de los trabajos más sacrificados del sector primario. Los ganaderos tienen que supervisar a las vacas para asegurar la calidad de la leche que producen desde el amanecer hasta avanzadas horas de la noche. Pero ahora, con la solución HealthyCow24 que propone SCR Dairy basada en el Internet de las cosas, puede que sus hábitos cambien, y lo primero que hagan al despertarse sea revisar el estado de sus vacas, pero en el smartphone y desde la tranquilidad de su cama.
Hablamos de un collar con sensores de movimiento y micrófonos capaces de monitorizar el comportamiento de las vacas y los tiempos de rumiado. El sistema envía alertas al smartphone del ganadero cuando la actividad aumenta, lo que, por ejemplo, puede significar que el animal está en celo; o disminuye, que podría indicar un problema de salud.
Esta información permite al ganadero aumentar la producción de la leche, reducir los riesgos en el momento del parto o controlar en remoto el estado de salud de las vacas ahorrando viajes a la explotación a horas intempestivas y, por tanto, un tiempo muy valioso para ellos.
Imagen: SCR by Allflex
Kilomo Salama es un proyecto implantado en Kenia que tiene como objetivo reducir los efectos colaterales del mal tiempo sobre los agricultores de la región, basado en la idea de la “agricultura segura”. Una estación meteorológica conectada monitoriza las plantaciones. De ese modo, los pequeños agricultores tienen más facilidad de acceso a los seguros para sus cosechas en situaciones de sequía o inundaciones. Gracias a este proyecto se establece una red de seguridad, al tiempo que se promueve la inversión agrícola.
Ya hemos visto cómo la tecnología ayuda cada vez más a los agricultores a conocer la anatomía del suelo que cultivan. En este sentido, existen sensores remotos capaces de medir la cantidad de pH que tiene un terreno o de si es predominante en arcilla.
Esta información es muy valiosa para conocer la capacidad de drenaje o la acidez que tiene la tierra, lo que permite ajustar la cantidad de agua que se utilizar en el riego y el tipo de cultivo que más le beneficia.
Los sensores pueden ayudar a la agricultura no solo en la siembra y en el cuidado de las cosechas, sino también en el almacenamiento de las semillas recogidas. Así lo demuestran BeanIoT, una especie de alubias de plástico del tamaño del dedo pulgar que se arrojan a los silos de grano para monitorizar su estado durante el tiempo que permanecen almacenados.
¿Cómo lo hacen? Cada alubia de plástico contiene sensores de humedad, giroscopio, brújula electrónica y Bluetooth. Gracias a todos esos componentes mide las temperatura, la humedad, la calidad del aire, la altitud, los gases (incluyendo el CO2) y el movimiento de los granos en el depósito. Cuando los sensores BeanIoT detectan valores fuera de lo normal, envían una señal a un smartphone. Y el resto del tiempo permanecen latentes para ahorrar energía. Se cargan de forma inalámbrica y, según su creador, la batería dura 14 meses.
Imagen: BeanIoT
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