Ventanas inteligentes ‘low-cost’
En lugar de cristal líquido, las ventanas inteligentes aplican una tecnología basada reacciones químicas y físicas
Un innovador prototipo recurre a placas de micelio hexagonales en las fachadas de edificios como solución para la contaminación del aire.
Hay dos estadísticas demoledoras que ejemplifican la gravedad de la situación. Por un lado, en 2021 no hubo un solo país en el mundo que cumpliera con los estándares de calidad del aire establecidos por la OMS. Y, por otro lado, la misma organización estima que la polución del aire es responsable de una de cada nueve muertes al año en el mundo. El uso de energías verdes permite combatir ese enemigo casi invisible derivado en gran medida el uso de combustibles fósiles. Pero hay muchas otras soluciones para la contaminación del aire.
Hemos hablado en numerosas ocasiones del uso de los hongos en la arquitectura sostenible. Es más, ese tipo de enfoque tiene nombre propio: micotectura. Una disciplina que utiliza principalmente el micelio de los hongos, es decir, sus filamentos subterráneos, para la producción de estructuras orgánicas. Ahora un estudiante de Brunel Design ha ideado otra aplicación sostenible para estos enigmáticos organismos.
Bautizadas como Myco-Hex, se trata de unas baldosas modulares y hexagonales que se integran como las celdillas de un panal de abejas. El principal componente es el micelio de los hongos, que tiene una capacidad de crecimiento explosiva, pero también cuenta con otras propiedades. En primer lugar, puede absorber hasta el 80 % del dióxido de carbono del aire.
Y, en segundo lugar, atrapa una gran cantidad de partículas de hidrocarburos en suspensión, una cualidad que ya se ha probado en la limpieza de vertidos petrolíferos en el Delta del Níger.
Además del micelio, esta solución para la contaminación del aire cuenta con compartimentos en los que se almacenan los nutrientes que, en primera instancia se basarán en serrín de madera. No obstante, es viable utilizar otras materias primas como posos de café o compost procedente de residuos orgánicos.
Solucionar la contaminación del aire no solo es importante a efectos de las vías respiratorias, sino también del cuidado de la piel: las partículas de hidrocarburos pueden provocar dolencias como la psoriasis, los eczemas e incluso el cáncer de piel.
Tal como indicamos en artículos anteriores, las estructuras basadas en micelio tienen asimismo propiedades ignífugas y aislantes, por lo que permitirían proteger las fachadas de los edificios además de purificar el aire.
Entre las principales soluciones para la contaminación del aire están los desarrollos de movilidad eléctrica, pero también existen técnicas complementarias que ayudarán a paliarla. Te contamos algunas de las más llamativas que hemos visto últimamente:
En la línea del micelio, el uso de la vegetación es una de las soluciones más habituales para la contaminación del aire. Por desgracia, en muchas ocasiones las ciudades no cuentan con suficiente espacio para zonas verdes. Ahí entran en acción los muros de musgo que ha instalado una empresa alemana y que son capaces de absorber dióxido de carbono y partículas contaminantes del aire sin necesidad de tierra y con mayor eficacia que los árboles.
Un diseñador holandés ha ideado una solución algo más drástica que los paneles de musgo. En su caso, se trata de un aspirador de siete metros de altura con un diseño inspirado en las pagodas chinas. Parece que el aire en las zonas donde se ha instalado es un 75 % más puro. Y eso con un gasto energético equivalente a un ventilador de salón.
Lo que antaño era un elemento arquitectónico destinado a dejar pasar la luz y el aire del exterior hoy va incorporando cada vez más funcionalidades, desde el vidrio fotovoltaico al uso de pantallas integradas. En el terreno que nos ocupa, la Universidad de Stanford y la Universidad de Tsinghua en Pequín han unido sus fuerzas para desarrollar un revestimiento de polímeros que se pulveriza sobre el cristal de las ventanas. Esta fina capa de nanofibras es capaz de filtrar hasta el 90 % de las partículas dañinas e impedir que entren en los edificios, lo que podría ser una interesante solución para la contaminación del aire.
El hormigón verde promete ser una de las grandes bazas de la arquitectura sostenible. Ya se han desarrollado varias soluciones que se basan en el uso de bacterias o en cloroplastos sintéticos que imitan la fotosíntesis para mineralizar el dióxido de carbono atmosférico. Y no solo eso: la mineralización confiere propiedades autorreparables al material.
Como habrás podido advertir, varias de las soluciones para la contaminación del aire mencionadas en este artículo se inspiran en la naturaleza a fin de lograr unas ciudades más sostenibles. Es lo que se conoce como biomimesis o biomimética, una disciplina científica que está detrás de numerosos inventos sostenibles.
Fuentes:
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