Ventanas inteligentes ‘low-cost’
En lugar de cristal líquido, las ventanas inteligentes aplican una tecnología basada reacciones químicas y físicas
Una película de un milímetro de grosor permite recubrir estructuras de hormigón y generar energía solar.
El santo grial del urbanismo sostenible es lograr edificios energéticamente autosuficientes. Para ello, deben confluir diversos factores: sistemas de gestión inteligente de la energía basados en IoT (Internet de las cosas), soluciones basadas en pinturas reflectantes para evitar el sobrecalentamiento, aislantes térmicos para mantener la temperatura y, por supuesto, tecnologías para la generación de energía renovable. Tras hablar de soluciones como el uso de pigmentos con propiedades reflectantes, tejados solares y ventanas con células fotovoltaicas, esta vez toca abordar un enfoque distinto: una fina película con propiedades fotovoltaicas aplicada sobre fachadas de hormigón que podría multiplicar considerablemente la generación de energía solar en edificios. Esa es la propuesta desarrollada por un fabricante de hormigón junto con una empresa especializada en la producción de películas orgánicas fotovoltaicas.
De acuerdo con sus impulsores y debido a que cuenta con una superficie mucho mayor, el sistema que integra este tipo de película fotovoltaica de un milímetro de grosor en los paneles de hormigón puede producir el doble de energía que un tejado solar. De hecho, un edificio de diez plantas con un 60 % de su superficie recubierta con HeliaFilm, así se denomina esta solución energética, podría cubrir el 30 % de sus necesidades eléctricas. La ligereza del material, cuyo peso es un 95 % inferior al de una placa solar convencional, permite integrarlo en el hormigón sin comprometer la seguridad estructural del edificio.
De manera paralela, además de este tipo de soluciones híbridas que se presentan como un nuevo material de construcción para nuevos edificios, existe la posibilidad de aplicar otro modelo de película a edificios existentes, que podrían mejorar su eficiencia energética. Y no solo sobre hormigón, sino también en acero y cristal gracias a las versiones translúcidas de esta película orgánica.
La prueba piloto de este proyecto tecnológico se ha llevado a cabo ya con éxito en Lyon (Francia) con estructuras de veinticinco y cuarenta metros cuadrados, a las que se sumará otra de doscientos metros cuadrados durante el año 2019, momento en el que se tiene previsto el lanzamiento de la versión comercial.
Heliatek, el fabricante alemán detrás de esta innovadora tecnología para uso en fachadas de edificios, ha apostado por una película orgánica basada en polímeros que se produce en rollos con un gasto energético reducido y a baja temperatura, lo que hasta ahora seguía siendo una asignatura pendiente en la producción de paneles solares. Así, con un gramo de compuesto fotovoltaico se puede recubrir hasta un metro cuadrado de película. Tampoco requiere utilizar elementos tóxicos como los metales pesados y, además, su vida útil es también mayor que la de los paneles fotovoltaicos tradicionales.
En la actualidad, la empresa ha instalado su sistema de película fotovoltaica en diversos edificios y superficies de varios países como Alemania, Francia, Singapur o Turquía. Sin duda, el desarrollo de este tipo de tecnologías nos acercan un paso más hacia un modelo energético sostenible.
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