Ventanas inteligentes ‘low-cost’
En lugar de cristal líquido, las ventanas inteligentes aplican una tecnología basada reacciones químicas y físicas
Este acero mejorado se convertirá en el material antiadherente y anticorrosivo más duradero conocido.
Sartenes, ollas y otros utensilios de cocina; las vías férreas por las que discurre el entramado ferroviario de todo el mundo; bisturíes y demás instrumental médico; los cascos de los superpetroleros que surcan los océanos; incluso los armazones sobre los que se levantan los edificios en los que vivimos… Todos ellos tienen en común la aplicación de un elemento que en su día fue revolucionario y sin el que sería imposible imaginar miles de innovaciones que hoy hacen nuestra vida más sencilla y segura.
Se trata del acero, una aleación de hierro con pequeñas cantidades de carbono (entre el 0,03% y 2,14%) que carecía por naturaleza de propiedades antiadherentes que ahora están a punto de incorporarse a su extenso catálogo de cualidades.
Investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS, por sus siglas en inglés) han conseguido fabricar un acero más duro, resistente, y limpio que el acero tradicional utilizando un innovador recubrimiento de óxido de tungsteno.
Hasta ahora, conseguir un acero con buenas prestaciones mecánicas era incompatible con sus propiedades antiadherentes. Las superficies porosas, que evitan la adherencia de suciedad, son intrínsecamente frágiles y proclives a la corrosión.
El nuevo proceso desarrollado por este equipo científico perteneciente a la Universidad de Harvard ha demostrado que, favoreciendo el crecimiento sobre la superficie de una capa ultrafina de islas de óxido de tungsteno por deposición electroquímica, se logran aprovechar tanto las propiedades superhidrofóbicas de este óxido nanoestructurado como aumentar la resistencia superficial del acero.
Las primeras pruebas han demostrado que, incluso si una parte de las islas se destruye por desgaste, el material mantiene sus propiedades anti humectantes frente al agua, el aceite o fluidos biológicos al no propagarse el daño por la superficie.
Utilizando la deposición electroquímica, una técnica de uso habitual en procesos industriales, la escalabilidad está garantizada. Esto permitiría producir en un corto periodo de tiempo, bisturís y prótesis médicas libres de contaminación biológica, dispositivos mejorados de impresión 3D para materiales biológicos o polímeros muy viscosos y, construir estructuras externas de barcos que no necesitasen pinturas anti incrustantes.
Este acero mejorado se convertirá, por lo tanto, en el material antiadherente y anticorrosivo más duradero conocido.
Fuente: ScienceDaily.
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