Nanotexturas para resolver un problema histórico
Un líquido lubricante capturado entre las nanotextura y la acción capilar evita la acumulación de residuos dejados por el agua
En Alemania, un consorcio encabezado por el Instituto Fraunhofer, ha desarrollado un conjunto de técnicas que permitirán recuperar grandes piezas de madera usada e insuflarles nueva vida.
Hagamos un sencillo test. Enumera los contenedores de residuos habituales. Te damos unos segundos para que lo pienses. Bueno, ya, la respuesta no tiene mucho misterio: orgánico, plástico, papel y vidrio. No está mal, ¿no? Parece bastante sostenible y ecológico. Incluso, si nos estrujamos un poco más la cabeza, quizá se nos ocurra algún otro: por ejemplo, los contenedores para pilas. O los de aceite usado. O los de medicamentos para reciclar. Sin embargo, hay un gran ausente: la madera. Podríamos calificarla como el patito feo del reciclaje: en la actualidad, su destino suele ser convertirse en combustible, acabar en un vertedero o, como mucho transformarse en serrín para planchas de aglomerado. Pero un proyecto auspiciado por la Unión Europea pretende acabar con esta dinámica y abrir nuevos horizontes en su reutilización. Hablamos de CaReWood (Reutilización de madera en cascada, en el acrónimo inglés), un conjunto de procedimientos para recuperar y aprovechar grandes piezas de madera, dotándolas así de nueva vida.
¿Pero por qué no se recicla más madera? Además de cuestiones de índole técnica y de costes, el principal escollo viene dado por los barnices y tratamientos químicos que recibe, muchas veces con productos ya vetados como el DDT o los PCBs. También puede contener restos de PVC o pinturas con plomo. Así, las directivas europeas obligan a destruir cualquier material afectado por semejantes sustancias. En Alemania, país a la cabeza en Europa en términos de reforestación de terrenos, el Instituto Fraunhofer para la Investigación de la Madera (WKI), en colaboración con quince socios de proyecto de cinco países europeos, han desarrollado una serie de protocolos de recuperación de las grandes piezas de madera (normalmente vigas de casas, travesaños de vías, pilones de puentes, etc.). En la actualidad consta de dos fases:
Los resultados han sido bastante alentadores y ya se ha llevado a cabo una prueba piloto para la restauración del puente de teca más largo del mundo, en Myanmar. En él, se están sustituyendo postes de sujeción, que llegan a medir hasta diez metros, y reciclándolos como barandillas o bancos instalados a lo largo de los 1200 metros de longitud de la estructura.
Se prevé que en Alemania se apruebe una nueva ordenanza para la madera usada que ponga un mayor acento en la recuperación de esta, en lugar de su destrucción al terminar su vida útil. Con un poco de suerte, la iniciativa comenzará a echar raíces en el resto de Europa.
Este ambicioso proyecto ofrece una serie de ventajas, algunas de ellas más evidentes y otras no tanto.
Fuente: Fraunhofer Institute
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