Nanotexturas para resolver un problema histórico
Un líquido lubricante capturado entre las nanotextura y la acción capilar evita la acumulación de residuos dejados por el agua
La ingeniería genética ha permitido crear una nueva generación de plantas capaces de absorber partículas tóxicas en los hogares.
Llegas a casa después de una larga jornada laboral. Atrás quedan el humo de los atascos y la boina gris que cubre la ciudad. Ya puedes respirar tranquilamente en tu hogar. O esa es, al menos, una creencia muy difundida entre la población: que el aire de las casas está menos contaminado que el del exterior. Sin embargo, hay muchos estudios que apuntan a una realidad bastante opuesta. Si hace poco se habló en esta página del síndrome del smartphone zombie, también existe otro que afecta a la pureza del aire doméstico: el síndrome del hogar tóxico. De hecho, hay estadísticas que apuntan a que existen algunas partículas contaminantes cuya concentración en el interior de los hogares es entre dos y cinco veces mayor que la del exterior. Las razones son numerosas: materiales de construcción o aislantes fabricados con numerosos productos químicos, combustión de gas o fuel, tabaco, contaminantes del exterior o colonias de ácaros. Entre las consecuencias más habituales se encuentran alergias, asma o incluso enfermedades pulmonares. Por supuesto, existen aparatos para filtrar el aire en casa, pero unos investigadores de la Universidad de Washington han ideado una innovadora alternativa que, además de una mayor eficacia, ofrecerá un toque de verdor a tu hogar. Se trata de plantas modificadas genéticamente para purificar el aire que respiras en tu domicilio.
Uno de los problemas de los purificadores de aire con filtros que se utilizan habitualmente es que son incapaces de eliminar micropartículas perniciosas como el cloroformo o el benceno, procedentes del agua clorada o la combustión de fuel, respectivamente. A fin de resolverlo, este grupo de investigadores ha puesto la mirada en una planta que se descuelga por las macetas de muchos hogares: el clásico y humilde poto (epipremnum aureum). La estrategia utilizada en esta innovación tecnológica ha consistido en una modificación genética para que estas plantas expresen la proteína 2E1 y sean capaces de transformar esas partículas tóxicas en nutrientes y compuestos beneficiosos para su crecimiento. Es una proteína presente en todos los mamíferos y cuya función es la descomposición de los alcoholes para su posterior metabolización.
La proteína 2E1 descompone el benceno en fenol y el cloroformo en dióxido de carbono e iones de cloruro. Los científicos han bautizado estas nuevas plantas como “hígados verdes”. El proceso de investigación tecnológica ha llevado dos años pero los resultados de las pruebas han merecido la pena: se ha logrado una reducción del 82% del cloroformo a los tres días y del 75% del benceno a los ocho. A los seis días, el cloroformo era ya prácticamente indetectable. Una de las claves para optimizar el proceso es que exista alguna corriente de aire que haga llegar las partículas a la planta. El siguiente objetivo de este proyecto tecnológico es introducir una nueva proteína que permita purificar otro de los grandes contaminantes domésticos: el formaldehído.
Otra de las grandes ventajas de este nuevo enfoque para la purificación del aire es que se trata de una solución que no requiere ningún consumo energético, lo que le otorga un plus de sostenibilidad.
Fuente: Universidad de Washington
Todos los campos son obligatorios.
Descubre cuáles son los temas de los que más se está hablando este momento
{{CommentsCount}} Comentarios
Actualmente nadie ha comentado la noticia.
Sé el primero en dejar un comentario.
{{firstLevelComment.Name}}
{{firstLevelComment.DaysAgo}} días atrás
{{firstLevelComment.Text}}
Responder{{secondLevelComment.Name}}
{{secondLevelComment.DaysAgo}} días atrás
{{secondLevelComment.Text}}